La inclusión exclusiva.
Los estudios Warner Brothers nos traerán de nuevo a la pantalla grande la historia del primer super héroe de la historia Superman, pero con una pequeña variante. Esta vez, Clark Kent tendrá la piel oscura. Y para desarrollarlo contrataron a un escritor afroamericano y están en búsqueda de un director también de piel oscura.
Pero al hacerlo de hecho están siendo racistas. Están ponderando el color de la piel de los individuos por encima de las características más importantes para este tipo de proyectos. Están discriminando a todas aquellas personas que no sean de color para que no trabajen en esta película. Pero además, hay algo que inconscientemente detectamos sin proponérselo: la inclusión FORZADA.
La inclusión es algo muy positivo y necesario, necesitamos reprogramar nuestro inconsciente de ciertos arquetipos que hay por todos lados. En la política, en los puestos de trabajo, en las escuelas y en las películas debemos permitir que cualquiera tenga representación. Contratar sin importar el género, el color de piel, la procedencia cultural o las preferencias sexuales.
Claro que necesitamos estar representados todos en todas partes sin exclusión alguna. Super héroes latinos, presidentes gays, directoras de cine, escritores indígenas. Pero esto debe darse desde la apertura, no desde la exclusividad.
Sería muy diferente que se soliciten actores para representar a Superman y que cualquiera pueda aspirar al puesto, y que si es el caso de que un hombre de color lo hace mejor que un caucásico pues se le dé el trabajo sin importar el color de su piel. Pero esto no es lo que está sucediendo con las cuotas de inclusión que vemos hoy en día.
Excluir a los hombres para un puesto no es feminismo, excluir a caucásicos para dirigir una película es racismo. Como podemos ver, la exclusión se puede disfrazar de inclusión y eso es lo que yo llamo inclusión forzada. Lo mismo pasa cuando somos demasiado condescendientes con un grupo de personas con ciertos tipos de expresiones, por ejemplo: «Me caen muy los gays», «Yo los entiendo», «Yo los apoyo».
La condescendencia es otro tipo de discriminación. En el fondo esto no es más que una programación ineficiente, la inferencia de dos negativos resulta en el positivo. Excluir para incluir no es la lógica correcta.
Códica trabaja justo así analizando la lógica pura del razonamiento humano para detectar con facilidad nuestras propias ineficiencias, enamorarnos equivocadamente, enojarnos innecesariamente, sufrir por aquello que no vale la pena, entre muchas otras cosas. Nuestros sentimientos nacen desde nuestros errores de programación.